jueves, 24 de abril de 2008

El libro rojo


Toda la aldea ardía en torno a ella y el humo, negro y denso, había formado columnas de azabache que surgían, mágicas, de cada uno de los túneles del poblado. Las pilastras se elevaban por encima de su cabeza, arrastrando letras que, desordenadas, habían perdido ya todo su significado...

Era una mujer del Harad, alta, de profundos ojos oscuros, de piel y cabello morenos. Estaba envuelta en una capa de color violeta, hecha de un hilo fino y brillante, en la que se reflejaban los haces de fuego que desprendían las enormes hogueras.

-¿Qué he hecho?-se preguntó sin apenas mover sus labios, secos y agrietados por el calor de las llamas.

Echó a correr. Los pequeños cuerpos crujían a su paso. Se transformaban en cenizas. No quería mirar atrás pero algo la detuvo justo cuando salía de la aldea, sobre el puente: agonizaba sobre los tablones de madera, lo tomó entre las manos y lo protegió contra su pecho. Siguió corriendo hasta que de aquél infierno sólo quedó un rastro en el aire que olía a muerte. Se adentró en el bosque y cayó, exhausta, sobre la hierba fresca...

Entonces lo vio, era perfecto, de tapas hechas con cuero rojo, fino y curtido por manos expertas, en las que se podía leer: Libro Rojo de la Frontera Oeste.

Elena Pérez


¡Feliz Día del Libro! con un pequeño homenaje a la obra Farenhait 451, de Ray Bradbury y a Tolkien.
Imagen:The Confrotation (2005) de Michael Komarck
The Lord of the Rings: The Confrontation (2005)


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