domingo, 7 de septiembre de 2008

Niñas Extrañas, de Neil Gaiman

Tiempo
No es que ella esté esperando. No exactamente. Es más bien que los años ya no significan nada para ella, que ni los sueños ni la calle pueden conmoverla.
Permanece en los márgenes del tiempo, implacable, incólume, más allá del todo, y un buen día abrirás los ojos y la verás; y justo después, la oscuridad.
No será como recoger la cosecha. Más bien te arrancará, suavemente, como si fueras una pluma o una flor para adornar su cabello.

(Fragmento del relato Niñas Extrañas, en Objetos Frágiles, Rocaeditorial, 2008, p. 215)

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